domingo, 15 de noviembre de 2009

TEATRO ANTERIOR A 1939



Las distintas tendencias del teatro español del primer tercio del siglo pueden repartirse en dos frentes:


A) Teatro que triunfa, continuador del de la segunda mitad del XIX (drama posromántico de Echegaray, “alta comedia”, teatro costumbrista...). Sigue estas líneas:
A1.Una comedia burguesa, con Benavente y sus seguidores, con atisbos de crítica social.
A2.Un teatro en verso, neorromántico y con aportaciones formales del Modernismo, de orientación ideológica tradicionalista.
A3.Un teatro cómico, con un costumbrismo muy tradicional (se emparenta con el llamado “género chico”, parecido a la zarzuela.)


B) Teatro que pretende innovar, o con nuevas formas o con nuevos enfoques ideológicos. Aquí se hallan:
B1.En primer lugar, algunos noventayochistas (Unamuno, Azorín) y Jacinto Grau. Además, y por encima de todos, VALLE-INCLÁN.
B2.Más tarde, nuevos impulsos renovadores de la mano de las vanguardias y de la Generación del 27, con especial referencia a GARCÍA LORCA.


A1. La comedia benaventina. Benavente fue el gran triunfador en la escena teatral. Aunque sus comienzos fueron “revolucionarios”, pronto se inclinó por aceptar los criterios de empresarios y público. La línea más cultivada a lo largo de su carrera es la “comedia de salón” (retrato de las clases altas, criticando sus convencionalismos e hipocresías de manera muy suave). Otra línea es la del drama rural, muy falsa y poco poética. Su mérito consistió en barrer los últimos restos del drama posromántico para sustituirlo por la “alta comedia”: diálogo fluido, sin grandilocuencia, correcta construcción de la obra, etc. Entre sus obras, aparecen: Los intereses creados, La Malquerida, Lo cursi...


A2. Teatro en verso. Continuación de la declamación del siglo anterior. Presencia del arte verbal modernista (verso sonoro, efectos coloristas, etc.); pero la ideológica es conservadora: exalta las gestas medievales, los altos momentos del Imperio español. Algunos autores son: Francisco Villaespesa (La leona de Castilla, El alcázar de las perlas...), Eduardo Marquina (Las hijas del Cid, En Flandes se ha puesto el sol...) o los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos, Juan de Mañara...)


A3. Teatro cómico. Retrata tipos y ambientes castizos, costumbristas, con toques humorísticos y planteamientos falseados de la realidad. Entre sus autores, aparecen: los hermanos Álvarez Quintero, que muestran una Andalucía tópica y falsa; CARLOS ARNICHES, el mejor, con gran habilidad en el diálogo y en la construcción de tipos; por último, aparece un género llamado “astracán” (comedias descabelladas, llenas de chistes, de juegos de palabras), creado por Pedro Muñoz Seca, y cuya cima está en La venganza de don Mendo.


B1. Estas tentativas se vieron condenadas al fracaso. UNAMUNO pretendía hacer teatro para presentar los conflictos humanos que le obsesionaban; son dramas de ideas, con escasa aportación dramática. AZORÍN construye sus obras en torno a lo irreal y lo simbólico. JACINTO GRAU construye un teatro denso, muy ambicioso, con lenguaje lleno de calidades líricas.


Sin embargo, es VALLE-INCLÁN el gran renovador de los lenguajes teatrales. Fue muchos más allá de lo que permitían las convenciones escénicas de su tiempo, empleando numerosos escenarios y con influencias cinematográficas. Las acotaciones de sus obras son verdaderas obras de arte literario.
La originalidad del teatro de Valle no tiene parangón en nuestra literatura y sus intentos de renovación dan como fruto el descubrimiento de nuevos caminos expresivos. El expresionismo de sus argumentos lo lleva al desarrollo del esperpento, profusamente representado por algunas de sus mejores obras. No es fácil la clasificación del teatro de Valle a causa de su variedad y complejidad. Podemos distinguir los siguientes cinco grupos de la producción de Valle:


--Farsa expresionista: Farsa y licencia de la reina castiza (1920).


--Tragicomedia: Divinas palabras (1920).


--Melodramas (Marionetas, para Valle-Inclán): La rosa de papel (1924) y La cabeza del Bautista (1924).


--Autos para siluetas: Ligazón (1926) y Sacrilegio (1927).


--Esperpentos: Luces de bohemia (1920), Los cuernos de don Friolera (1921), Las galas del difunto (1926), La hija del capitán (1927).


El primer grupo de farsas supone la aparición de lo grotesco en la obra de Valle, que olvida todo lo bello del mundo para introducirse en un ambiente degradado y viciado. Esta tendencia se agudiza con la tragicomedia Divinas palabras. El protagonista es Laureaniño el idiota, un enano hidrocéfalo explotado hasta la muerte por su madre y tíos. En esta obra lo feo, deforme y desagradable toma carta de naturaleza en la producción de Valle. La trilogía Comedias bárbaras (formada por Cara de plata, Romance de lobos y Águila de blasón) es equiparable al ambiente rural gallego que aparece en Divinas palabras. El tercer grupo está formado por los melodramas, dirigidos a la representación por medio de marionetas. El lenguaje es muy crudo y los argumentos se basan en sentimientos como la codicia, la lujuria y los celos.


Los autos para siluetas son el paso previo a la gran creación de Valle: el esperpento. El propio autor nos da varias definiciones de esta técnica literaria:


El esperpento lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse en el callejón del Gato. Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el esperpento... Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas.
(Luces de bohemia, escena XII.)


Comenzaré por decirle a usted que creo que hay tres modos de ver el mundo artística o estéticamente: de rodillas, en pie o levantado en el aire... [Esta última] es mirar el mundo desde un plano superior y considerar a los personajes de la trama como seres inferiores al autor, con un punto de vista de ironía. Los dioses se convierten en personajes de sainete. Ésta es una manera muy española, manera de demiurgo, que no se cree en modo alguno hecho del mismo barro que sus muñecos. Quevedo tiene esa manera. Cervantes también... También es la manera de Goya. Y esta consideración es la que me ha movido a dar un cambio en mi literatura y a escribir los esperpentos, el género literario que yo bautizo con el nombre de esperpento.
(ABC, 7 de diciembre de 1928)


Por tanto, la técnica del esperpento consiste en deformar intencionadamente la realidad para mostrar de una manera más clara los aspectos más rechazables. El lenguaje se convierte en una mezcla de registros vulgares y de audaces metáforas. Luces de bohemia, dividida en quince escenas, supone la consolidación del esperpento. Narra la historia de Max Estrella, un poeta ciego que deambula durante veinticuatro horas por un Madrid injusto y mísero, cruel y violento. Acaba con la muerte del protagonista. Antes de morir, Max hace un recorrido a través de la vulgaridad y del dolor de las personas que le rodean, en un mundo antisocial caracterizado por la muerte.


B2. Algunos componentes de la Generación del 27 también tienen una faceta teatral, caracterizada por tres aspectos:
--depuración del “teatro poético”;
--incorporación de las formas de vanguardia; --propósito de acercar el teatro al pueblo. Entre los que lo cultivaron se encuentran Pedro Salinas, Rafael Alberti, Alejandro Caso y, por encima de todos,
GARCÍA LORCA. Su temática gira en torno al conflicto entre la realidad y el deseo. En sus obras aparecen combinados el verso y la prosa, y se va abriendo progresivamente a los conflictos colectivos, al teatro de tipo social, que debe ser acercado al pueblo. Pretende un “teatro total”, en plena comunicación con el público.
El teatro de Lorca es, junto al de Valle-Inclán, el más importante escrito en castellano durante el siglo XX. Se trata de un teatro de una gama muy variada con símbolos o personajes fantásticos como la muerte y la Luna, lírico, en ocasiones, con un sentido profundo de las fuerzas de la naturaleza y de la vida. Entre sus farsas, escritas de 1921 a 1928, destacan Tragicomedia de don Cristóbal y Retablillo de don Cristóbal, piezas de guiñol, y sobre todo La zapatera prodigiosa, una obra de ambiente andaluz que enfrenta realidad e imaginación. También pertenece a la categoría de farsa Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín. De 1930 y 1931 son los dramas calificados como -irrepresentables-, El público y Así que pasen cinco años, obras complejas con influencia del psicoanálisis, que ponen en escena el mismo hecho teatral, la revolución y la homosexualidad, a partir de un complejo sistema de correspondencias. Dos tragedias rurales son Bodas de sangre, de 1933, y Yerma, de 1934, donde se aúnan mitología, mundos poéticos y realidad. En Doña Rosita la soltera, de 1935, aborda el problema de la solterona española, algo que también aparece en La casa de Bernarda Alba, concluida en junio de 1936, y que la crítica suele considerar la obra fundamental de Lorca. Al comienzo de su carrera también había escrito dos dramas modernistas, El maleficio de la mariposa (1920) y Mariana Pineda (1927). La variedad de formas y tonalidad resulta deslumbrante, con el amor, presentado en un sentido cósmico y pansexualista, la esterilidad, la infancia y la muerte como motivos fundamentales

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