viernes, 23 de diciembre de 2011

PRENSA. "Monumento al eufemismo"

Monumento al eufemismo

Luis Mauri
20 diciembre, El Periódico de Catalunya

   El abuso de eufemismos es uno de los peores cánceres que sufre el periodismo. El eufemismo es esa palabra o expresión suave y decorosa que se emplea para sustituir otra más realista o áspera pero que define los hechos de forma más precisa e inteligible. La función del eufemismo, pues, es frontalmente opuesta a la del periodismo. Este trata de explicar con rigor y veracidad la realidad; aquel intenta velarla, disimularla, maquillarla, ponerle paños calientes.
   Unas veces, el mal periodista recurre al eufemismo movido por intereses espurios; otras, por simple estulticia; otras aún, guiado por las corrientes más tronadas de la corrección política, y las más, arrastrado por una actitud perezosa y negligente merced a la cual repite sin más criterio que el de un loro el lenguaje tramposo y enrevesado de algunas fuentes de información, preferentemente de los ámbitos político y económico.
   Así, parece que hayan desaparecido del país las cárceles, los carceleros y los presos. En su lugar, hay centros penitenciarios, funcionarios de prisiones e internos. En las guerras, los bombardeos mal dirigidos o ejecutados no causan muertos entre la población civil, sino daños colaterales. Los gobiernos no abaratan el despido de los trabajadores; flexibilizan u optimizan el mercado laboral. Determinadas empresas no entran en pérdidas, sino que sus cuentas experimentan un crecimiento negativo… Y así hasta el infinito del despropósito, desfilando junto a aquel general que no ordenaba a sus tropas que se retirasen, sino que avanzasen hacia su propia retaguardia.
   Hay eufemismos tras los cuales se adivinan horas de trabajo inteligente, aunque siempre digno de mejor empresa. Otros rezuman zafiedad en cada sílaba. Y hay algunos de un atrevimiento, de una osadía, de una desfachatez increíbles. La nota de prensa con la que la Administración catalana anuncia el aumento de las tarifas del transporte público y de los peajes es un impagable ejemplo de esta última categoría.
   Como informa EL PERIÓDICO, la T-10, la tarjeta más usada por los ciudadanos, subirá en el 2012 un euro (12,1%); el billete sencillo, 0,55 euros (37,9%), y la T-50/30, 3,50 euros (10,4%). El precio de las menos utilizadas T-Mes y T-Trimestre bajarán respectivamente uno y cinco euros (-2% y -3,6%), y se creará un descuento especial para desempleados. En las vías de peaje, el aumento medio de la tarifa será del 5,4% y además se restringirán al máximo las bonificaciones actuales.
   Todo esto lo resume en los siguientes titulares la nota de prensa emitida por la Conselleria de Territori de la Generalitat: “Territori mejora el sistema de peajes y las tarifas del transporte público para garantizar una movilidad sostenible. Baja las tarifas de los abonos mensuales y trimestrales para beneficiar a los usuarios recurrentes y potencia los títulos dirigidos a familias y jóvenes. Presenta un nuevo modelo homogéneo de bonificaciones en peajes que benefician la alta ocupación, las bajas emisiones y la recurrencia, y que podrán llegar al 100% de la tarifa”.
   Un texto capaz de hacer sonrojar al más descarado de los eufemismos.

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