jueves, 22 de octubre de 2009

LA NARRACIÓN. Características



LA NARRACIÓN



1. CONCEPTO DE NARRACIÓN.


Hablar de “narración” no es referirse exclusivamente a una técnica literaria, componente fundamental de novelas, cuentos, relatos folclóricos, etc. Efectivamente, cuando hablamos de “narración”, podemos estar refiriéndonos asimismo a una forma del lenguaje común que, habitualmente, todos los hablantes emplean, sin ninguna intención artística. Porque, en definitiva, narrar no es más que una actividad lingüística que consiste en contar algo como respuesta a preguntas (formuladas o no) del tipo: ¿cómo fue?, ¿de qué se trata?, ¿qué ha pasado?, etc.


Así pues, en toda narración encontramos, contada por alguien, una acción más o menos compleja a lo largo de un tiempo narrativo. Dicha acción comprende una serie de actos relacionados entre sí:


UN NARRADOR
cuenta UNA ACCIÓN (compuesta de: acto-acto-acto-acto-...)
durante UN TIEMPO NARRATIVO


Es difícil, sin embargo, encontrarse con textos exclusivamente narrativos. Lo normal es que narración y descripción (junto con el diálogo) aparezcan mezclados, combinándose de acuerdo con las necesidades de la propia obra.


2. ELEMENTOS DE LA NARRACIÓN.


Los textos narrativos presentan siempre unos componentes que, empleados por el autor de acuerdo con sus necesidades e intenciones comunicativas, dan lugar a una gran variedad de posibilidades creativas.
Veamos ahora los más importantes recursos narrativos:


2.1. EL NARRADOR.
Entre el autor de la obra (persona real, de carne y hueso) y todo lector aparece siempre la figura del narrador: voz informadora cuya misión es contar. La elección de un tipo u otro de narrador va unida a la de la perspectiva desde la cual se va a contar la historia.


La manera de comunicar la historia puede ser variadísima; por lo tanto, existe una gran cantidad de posibilidades narrativas distintas. No obstante, podemos reducirlas a dos grandes bloques:


A) La historia se cuenta desde fuera. El narrador “conoce” la historia, pero no forma parte de ella, sino que se distancia de ella, dando así una sensación de objetivismo, de distanciamiento anímico. Podemos decir que es simplemente un NARRADOR-HISTORIADOR.


B) La historia se narra desde dentro de la propia relación de los acontecimientos. El narrador forma parte de la acción, una acción que se muestra como más cercana al narrador y al lector, y que nos llega a través de la visión subjetiva (generalmente, contada en 1ª persona) del narrador. Es el NARRADOR-ACTOR.


Cada uno de estos tipos presentan fórmulas narradoras distintas:


2.1.1. NARRADOR-HISTORIADOR


a) NARRADOR OMNISCIENTE: es la fórmula más clásica. El narrador, auténtico creador de todo y de todos, cuenta directamente los acontecimientos en 3ª persona.


b) NARRADOR OBSERVADOR EXTERNO: en esta perspectiva, el narrador se limita a referir sólo aquello que puede percibir por los sentidos, sin penetrar en los pensamientos de sus personajes. Su concepción de mero observador le lleva también a no salirse en ningún momento del orden lógico y cronológico de los acontecimientos.


c) NARRADOR-EDITOR: esta técnica es un truco objetivador que el autor pone en marcha para seguir valiéndose del narrador omnisciente. Consiste en crear un personaje intermedio que se nos aparece en el relato como el verdadero creador de la historia, de la que el novelista es un simple lector y transmisor.


2.1.2. NARRADOR INTERNO (ACTOR)


a) NARRADOR PROTAGONISTA: la voz narradora es la del protagonista, que cuenta la historia en forma de memorias (en primera persona y desde el presente, cuenta la historia desde algún momento del pasado), diario (relato en primera persona, y en forma regular y sistemática, de los sucesos que van acaeciendo a un personaje), o, simplemente, en forma de crónica de alguien que cuenta su vida por algún motivo.


Dentro de este apartado, hay que hablar de una modalidad narrativa de aparición reciente: el “monólogo interior”. Se trata de un “artificio narrativo para introducir directamente al lector en la vida interior del personaje (...). El personaje habla en voz alta consigo mismo y deja que su conciencia fluya. El personaje o los personajes exponen sus sentimientos más íntimos, sin organización lógica, tal y como vienen a la mente. A veces los novelistas indican esa confusión de los pensamientos eliminando en la escritura los signos de puntuación y las estructuras gramaticales. El pensar discursivo pierde su sentido lógico. Resulta un caos, el caos que hay en la conciencia del personaje”. (MARTÍN DUQUE-FERNÁNDEZ CUESTA).


Otra forma bajo la que puede manifestarse el narrador protagonista es la técnica epistolar: la historia aparece presentada bajo una serie de cartas; la voz del autor narrador deja de oírse y, en su lugar, quedan las de los corresponsales.


Por último, hay que hacer mención de la técnica dialogada. Consiste en el aprovechamiento de la técnica dramática por el narrador: el autor desaparece y quedan los personajes dialogando. La voz del autor narrador se oye de vez en cuando en un papel semejante al de las acotaciones del dramaturgo.


b) NARRADOR PERSONAJE SECUNDARIO: la relación de los acontecimientos está puesta en boca de un personaje que ha asistido a los hechos, pero que no ha sido protagonista fundamental de los mismos. La narración, entonces, suele aparecer también en primera persona del singular, aunque puede alternar libremente con la primera del plural y con la tercera del singular. Se pretende conseguir así un cierto aire de objetividad, pero sin que se pierda nunca la carga de subjetividad del narrador-actor.


2.2. OTROS COMPONENTES.


2.2.1. Estructura: la forma en que los diversos sucesos de la acción están ordenados y organizados constituyen la composición o estructura del relato.Si éstos están ordenados de acuerdo con un criterio cronológico y causal (las causas antes que los efectos, y los sucesos primeros antes que los segundos, y éstos, a su vez, antes que los terceros, etc.), hablamos de composición lógica. Si se ordenan de manera que violen la secuencia cronológica y causal (empezando por el final, o por el medio, o en forma zigzagueante, retrocediendo después de haber avanzado, etc.), hablamos de composición libre o artística.


En la estructura del relato clásico se suelen diferenciar tres partes:


a) Exposición: presentación de la situación y de los personajes fundamentales, antes de que comience el conflicto.


b) Nudo o desarrollo: relato de la acción en línea ascendente de interés, hasta llegar al punto culminante, en que queda planteada una situación problemática a modo de interrogante.


c) Desenlace: solución de la situación problemática y final de la obra.


Si la narración es extensa (una novela, por ejemplo), ésta suele estar organizada en capítulos. El capítulo es una unidad de lectura, que puede desmembrarse en unidades más pequeñas, las secuencias. En una secuencia coinciden los tres componentes básicos narrativos: personaje, espacio y tiempo. O sea: lo que hacen unos personajes, situados en un espacio, durante un tiempo determinado, constituye una secuencia. El final de una secuencia lo marca la variación de uno de sus componentes.


2.2.2. Personajes. En una narración puede intervenir un número variable de personajes o caracteres. Los personajes de participación más destacada son los “protagonistas”. Luego siguen personajes de segunda, tercera, etc. importancia.


Al proceso de crear los personajes, especialmente su modo de ser, se le llama caracterización. Existen diversos procedimientos o técnicas de caracterización. Hablamos de caracterización directa cuando el autor mismo nos informa sobre el modo de ser del personaje; y de caracterización indirecta cuando el autor se abstiene de informarnos directamente y deja que la personalidad del personaje se vaya desenvolviendo ante los ojos del lector por lo que dice, lo que hace, lo que los demás piensan de él. Hay personajes estáticos y personajes dinámicos o evolutivos, personajes planos (siempre iguales a sí mismos) y redondos (difíciles de definir, contradictorios a veces, complejos). De acuerdo con el mayor o menor grado de individualidad y vida propia que poseen los personajes, se dividen en caracteres (con individualidad y vida propia inconfundibles) y tipos (los que, más que seres individuales, representan un grupo o clase).


2.2.3. Ambiente o marco escénico. El lugar y la época en que se desarrolla la acción constituye el ambiente. Es, pues, el ámbito espacio-temporal del relato.


El ámbito espacial puede variar considerablemente en extensión. Generalmente, en el relato de acción y aventuras es extenso; en cambio, en el relato psicológico se reduce considerablemente, en favor del ámbito temporal, que adquiere más importancia.


Los espacios pueden ser de muchas clases: interiores, exteriores, imaginarios, realistas, subjetivos, mágicos, etc. Hay dos formas básicas de trazarlos y de tratarlos:


--creación de marcos espaciales con la pretensión de producir en el lector una sensación de realidad (realismo, naturalismo, etc.).


--Plasmación del espacio tal como es visto por la subjetividad del personaje, en función de su situación afectiva y personal (espacio subjetivo o romántico).


En lo que al factor tiempo respecta, hay que distinguir varios aspectos. En primer lugar, el tiempo cronológico de la acción, la época. Todas las épocas, incluso el futuro, sirven de marco temporal para una acción.


En segundo lugar, tiempo novelesco: es la duración temporal de la anécdota que se cuenta. Ésta puede abarcar varias generaciones, o, simplemente, limitarse a un día e, incluso, a unos minutos.


No todo el tiempo de la acción es narrado de igual manera. Hay momentos en que el autor lo presenta con todo detenimiento, con todo lujo de detalles. Decimos entonces que el ritmo o “tempo narrativo” es lento, y suele corresponderse lingüísticamente con la frase larga y el período subordinado. Otras veces, el autor resume en pocas líneas largos períodos cronológicos: es el “tempo rápido”, cuya expresión lingüística suele ser la frase breve, la coordinación y los verbos de acción.

1 comentario:

pepe dijo...
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