lunes, 31 de mayo de 2010

POESÍA. Luis Cernuda

Luis Cernuda
Dos poemas de Luis Cernuda, para tema, organización de ideas, resumen y comentario crítico (para clases de junio):

TARDE OSCURA
Lo mismo que un sueño
Al cuerpo separa
Del alma, esta niebla
Tierra y luz aparta.

Todo es raro y vago:
Ni son en el viento,
Latido en el agua,
Color en el suelo.

De sí mismo extraño,
¿Sabes lo que espera
El pájaro quieto
Por la rama seca?

Lejos, tras un vidrio,
Una luz ya arde,
Poniendo la hora
Más incierta. Yace

La vida, y tú solo,
No muerto, no vivo,
En el pecho sientes
Débil su latido.

Por estos suburbios
Sórdidos, sin norte
Vas, como el destino
Inútil del hombre.

Y en el pensamiento
Luz o fe ahora
Buscas, mientras vence
Afuera la sombra.

De COMO QUIEN ESPERA EL ALBA (1941-1944)


DESPEDIDA

Muchachos
Que nunca fuisteis compañeros de mi vida,
Adiós.
Muchachos
Que no seréis nunca compañeros de mi vida,
Adiós.

El tiempo de una vida nos separa
Infranqueable:
A un lado la juventud libre y risueña;
A otro la vejez humillante e inhóspita.
De joven no sabía
Ver la hermosura, codiciarla, poseerla;
De viejo la he aprendido
Y veo la hermosura, mas la codicio inútilmente.

Mano de viejo mancha
El cuerpo juvenil si intenta acariciarlo.
Con solitaria dignidad el viejo debe
Pasar de largo junto a la tentación tardía.

Frescos y codiciables son los labios besados,
Labios nunca besados más codiciables y frescos aparecen.
¿Qué remedio, amigos? ¿Qué remedio?
Bien lo sé: no lo hay.

Qué dulce hubiera sido
En vuestra compañía vivir un tiempo:
Bañarse juntos en aguas de una playa caliente.
Compartir bebida y alimento en una mesa.
Sonreír, conversar, pasarse
Mirando cerca, en vuestros ojos, esa luz y esa música.

Seguid, seguid así, tan descuidadamente,
Atrayendo al amor, atrayendo al deseo,
No cuidéis de la herida que la hermosura vuestra y vuestra gracia abren.
En este transeúnte inmune en apariencia a ellas.

Adiós, adiós, manojos de gracias y donaires,
Que yo pronto he de irme, confiado,
Adonde, anudado el roto hilo, diga y haga
Lo que aquí falta, lo que a tiempo decir y hacer aquí no supe.

Adiós, adiós, compañeros imposibles.
Que ya tan sólo aprendo
A morir, deseando
Veros de nuevo, hermosos igualmente
En alguna otra vida.

De Desolación de la Quimera (1956-1962

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